“Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es
hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo
a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo
que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida”: .José Martí.
Ser profesor entraña un alto grado de responsabilidad al ser su objetivo educar, que
en el significado amplio de la palabra indica “trabajar para la sociedad del mañana”.
Educar no es sólo trasmitir un conjunto de conocimientos, es establecer buenas
relaciones humanas, es el quehacer diario de profesores competentes, ejemplos a la
vez del alumnado, que ejerzan y fomenten la asimilación de saberes y valores, así
como del desarrollo cultural y estético.
Educar no es cuestión de tiempos, ni de
tecnología, ni de modas; es disposición de transmitir experiencias, saberes y valores a
través de la cual se cultiva el hombre y se prepara para la vida y la sociedad.
La transición de las universidades de ser centros de enseñanza de filosofía escolástica
y de humanidades al mundo de disertación de la naturaleza física (physiké:filosofía de
la naturaleza), llevó a sugerir que un “saber” sería aquello que se consolida y deja
atrás las preguntas, que se abandonan una vez que se pasa al mundo del
conocimiento.
El saber –especialmente el saber que se enseña– sería solo el saber
del saber, y en ningún caso el saber del no saber (Carrasco, 2013)3
. Esta
conceptualización del saber desplegó con base en la física mecanicista simplificando
toda realidad a lo físico para dar origen al fisicalismo o positivismo y posteriormente al
reduccionismo.
Hoy, Edgar Morin ubica a la educación en un vínculo permanente entre dos culturas
que se han distanciado: la científica y las ciencias humanas; Indica que es menester
de los enseñantes conectar todas las disciplinas alrededor de estas dos grandes
categorías, debiendo colaborar en comprender la organización del planeta tierra, la
biosfera y la sociedad que figuran como elementos claves para unir las diversas
disciplinas; Sin embargo, señala Morin, en las condiciones actuales la educación no
está en condiciones de desarrollar una cultura de la razón y los sentimientos, no
prepara para la vida, para una cultura del ser. En esta idea, “la práctica docente actual
es incapaz de vincular estrechamente el mundo de la vida, el mundo de la escuela y el
mundo del trabajo”
La docencia no es una activada técnica, está basada en el conocimiento de la práctica
educativa (Shulman9
, 1986; Schön10, 1992). La práctica docente implica, entre otras
cosas, considerar las intencionalidades del plan de estudios, los procesos cognitivos
de los alumnos, los recursos de la enseñanza, el saber disciplinar en contexto y
vinculado a las diversas disciplinas.
Carrizales24 (1998) señala de la práctica docente su carácter alienado y alienador del
pensar y el hacer del educador, e indica que es paradójica ya que por un lado trata de
formar a estudiantes críticos y creativos, y por otra los orienta en el pensar y en el
hacer. Esta doble actitud lleva al docente a desear que el estudiante haga lo que él le
enseña, pero no porque él se lo enseñe, sino de una manera espontánea, es decir,que
el estudiante actúe por sí mismo de tal forma que la orden "quiero que estudies" se
transforme en "quiero que quieras estudiar"; el "obedece" se transforma en "obedece
la obediencia". Se trata de una práctica docente para conocer lo conocido, de
interiorizar los paradigmas socialmente dominantes, convertidos en verdades y en
comportamientos "normales", es decir, conceptualizarla en armonía con su contexto
alienado sobre bases que hegemonizan el actual modelo del "buen docente"; modelo
que transmite al estudiante el deseo hegemónico del hacer dominante. Estas son las
paradojas de la socialización, hacer que espontáneamente se acepte lo hegemónico.
El docente aprende a ser docente, no en los libros, sino en proceso alienante que
inició seguramente al conocer a su primer profesor,lograr la asimilación de lo persistente. En ese momento, comenzó a percibir el ideal hegemónico de maestro, y
ya en su práctica como tal asimila el ideal hegemónico de sí mismo y se va
convirtiendo en un ejemplo demostrativo de ello.
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