Si consideramos que cada cultura se mueve dentro de un marco de conceptos y de prácticas, entonces el deber de la educación es transmitir a los niños de esa cultura determinada los conceptos y las prácticas que van a necesitar cuando sean adultos, pero estos conceptos y estas prácticas no son siempre estáticos y van cambiando así como lo hacen las sociedades, por lo que deben adecuarse a los nuevos tiempos.
Con esta información presente la educación debe entregar una selección de conceptos y de prácticas que tienen mayor importancia y trascendencia, y también de aquellas que permitirán a los estudiantes el desarrollo de sus habilidades, capacidades y destrezas. He ahí la gran importancia que cobra la selección adecuada del currículum de acuerdo al contexto cultural. Entonces cobra gran relevancia plantearse las siguientes preguntas: ¿Cómo seleccionar lo más adecuado para enseñar? ¿Quién debe seleccionar los contenidos curriculares y jerarquizarlos?
Desde hace muchos años, esta selección se viene realizando bajo la mirada de intereses, tendencias y posiciones ideológicas y pedagógicas que hacen prevalecer su poder. Mucho se ha coincidido en señalar que el proceso de selección del conocimiento curricular es un acto político, indicando que la educación está profundamente comprometida en la política cultural. Que el currículum sea seleccionado de acuerdo a alguna visión de grupo que considera importante qué se enseñe y qué se aprenda en las aulas, tal vez sea una de las causas de los actuales resultados en educación, ya que no basta con la inyección de recursos didácticos para el aula y la incorporación de la tecnología en la misma, acciones que se han realizado para ir en la mejora de resultados en educación.
En el diseño del currículum, lograr consensos de posiciones, entre los distintos protagonistas que deciden es un gran logro, ya que todos desean hacer prevalecer sus intereses. Lamentablemente en esta “negociación” muchas veces no se considera el currículum basado en el contexto cultural en el que se mueven los estudiantes y las necesidades que se presentan para desarrollarse en dicho contexto. Más allá de los idearios políticos, para obtener mejores logros y resultados en los estudiantes, se debe considerar el contexto cultural de los educandos en el diseño del currículum y en las políticas públicas de nuestro país. De esta forma, los estudiantes obtendrán las herramientas y los conceptos para que cuando adultos puedan desempeñarse de mejor forma en la sociedad.
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